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¿Cuál es la meta y objetivo que quieres alcanzar en la vida?

Últimamente escuchamos algunos mensajes de advertencia a los consumidores compulsivos, acerca de planificar tu compra antes de salir de casa, y ahorrarte una buena suma de dinero al final del año.

Lo que ocurre, es que vamos a los grandes almacenes a dejarnos llevar por el “marketing” y las ofertas de nuevos productos, y una vez allí somos abducidos al desembolso. Actuamos como los insectos hipnotizados por la luz azulada que los achicharra, o las marineros que son atraídos por el canto de las sirenas que los llevan directamente al arrecife, tal es la fuerza de atracción del envoltorio.

Muchas de las veces, no vamos a comprar por necesidad, sentimos un placer al alargar la mano y extraer de la estantería aquello que nos ha entrado por los ojos. Cuando ya lo tienes, parece que pierde su atractivo, nos ha producido unos instantes de emoción al comprarlo, pero cuando salimos de aquel ambiente de ensueño por el umbral acristalado y corredizo al mundo real, sin trampa ni cartón, aquel artículo pasa a engrosar la lista de productos innecesarios.

Ahora que se incrementa exponencialmente la venta por internet, se busca seducir de varias maneras, primero ves el producto en la web, te acercas con la lupa virtual para observar sus detalles, clickeas los diferentes modelos y características hasta obtener el deseado, y finalmente lo metes al carrito virtual.

La satisfacción inicial se desvanece unos instantes al efectuar el pago, pero la expectativa de recibir el pedido en el día y hora señalados te mantienen unas horas o días con el gusanillo de la compra que has hecho hasta recibir el premio.

Nos ocurre así en muchas áreas de la vida, nos marcamos una meta, objetivos, y es en ese momento de alcanzarlos cuando nos sentimos realizados, de tal manera que nuestra felicidad se mide en la cantidad de logros obtenidos, aunque al rebasar esas expectativas ya tengamos que plantearnos rápidamente otras nuevas para suplir el vacío de haber alcanzado las anteriores.

¿Cuántos Ochomiles necesitamos subir para quedarnos a gusto? ¿Cuántas carreras?, ¿Cuántas nuevas franquicias?,¿Cuántos miembros?, ¿Cuántos millones de Dólares ó Euros?

En Japón se suele enseñar, que el disfrute no está sólo al alcanzar el objetivo, también en el trayecto.

Aquellos que hemos conocido a Jesucristo tenemos en Él, la Meta y el recorrido, caminamos en Él, y disfrutamos en esta carrera de su compañía y de sus enseñanzas.

Sí, tenemos una meta por la que vivir, de la cual se nos ha dado un anticipo, el yelmo de la salvación, no perderlo es por la gracia del Señor, nuestra carrera.

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Author: Marcos Díez Jimenez