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En las zonas sombrías la nieve convertida en bloques de hielo se resiste a derretirse, la sal acelera ese proceso y ayuda a los que abren camino.
Los discípulos de Jesús debemos de actuar como la sal en los lugares más oscuros de la tierra , abriendo camino a la venida del Señor sobre los corazones.
Producimos esa reacción , nuestro testimonio , las buenas obras en Cristo , rompen los hielos de las almas más duras.
Es el mundo el que mira hacia nosotros como miraban a Noé cuando fielmente cumplía una tarea testimonial casi inverosímil e imposible .
Nuestra mirada puesta en Jesús alumbrará para que desde las profundidades de las tinieblas puedan vislumbrar la gloria de Dios manifestada a través de sus hijos.

¡¡¡Que su nombre sea glorificado y santificado!!!

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Author: Marcos Díez Jimenez